lunes, 15 de noviembre de 2010

Solomon Burke

Hace unos días me enteré, con retraso imperdonable, de que Solomon Burke, autoproclamado rey del rock and soul, nos dejó el pasado 10 de octubre de un infarto, después de aterrizar en el aeropuerto de Amsterdam. Se disponía a dar un concierto el día 12 junto con la banda holandesa De Dijk, en la sala Paradiso, donde ya colgaba el cartel de Sold Out.

Una lástima que nos haya dejado a los 70 años una de las más grandes voces de la música, máxime desde su resurgir  con el maravilloso "Don't Give Up On Me",al cual le seguirían "Nashville", "Make Do With What You Got" o las dos pedazo de joyas que ha editado este año, "Nothing's Impossible" (bueno, este no llega a joya y se queda a la altura de "Like a Fire") junto a Willie Mitchell y "Hold On Tight" arropado por una banda de excelentes músicos de soul holandeses llamados De Dijk.

Recuerdo con cariño como hace unos 15 años, cuando leía "Alta fidelidad", la divertida novela de Nick Hornby (nada que ver con su remake cinematográfico), me encontraba con una de las muchas listas de canciones que contiene la obra, mis mejores canciones para no se qué.. y allí aparecía destacada una canción de un soul men, que aunque conocía, nunca había escuchado con atención,  "Cry to Me", creo que era, la que también fuera usada en la famosa escena del baile de seducción en la película Dirty Dancing. Desde entonces la música de Salomon Burke me ha acompañado en muchos momentos, sobre todo desde su reaparición en los últimos años. Ahora el autor de "Everybody needs somebody to love" (esa si os sonará más, ¿os acordais de la banda sonora de los Blues Brothers?) no pasea su oronda figura por los escenarios; sus 21 hijos y sus canciones son su memoria. Descanse en paz.

Aquí podeis bajar su último disco.

viernes, 5 de noviembre de 2010

At Swim Two Birds - Close To


Un poco de música para este tiempo otoñal de recogimiento en uno mismo. Intensidad desnuda, la belleza de lo escueto, lo escueto de la belleza. Ligeras variaciones sobre una misma melodía; gitarra, contrabajo y voz.

jueves, 4 de noviembre de 2010

The wall

Siempre me llamó la atención esa foto. En 1961 las autoridades de la RDA levantaban el llamado «Muro de Protección Antifascista» (Antifaschistischer Schutzwall); con más de 200 muertes entre sus piedras llegó a ser conocido como Muro de la verguenza.
Lo que sorprende de la foto es la naturalidad, la aparente serenidad y aquiescencia con la que los viandantes contemplan como se levanta la barrera que pretendiendo separar dos mundos, no consiguió más que separar familias, amistades, amores, y quizás hasta deudas. Pero con el tiempo hubo quién llegó a creer en el poder del muro, viviendo de espaldas a la realidad inexorable (una película recomendada: Goodbye Lennin) y al transcurrir de la historia. En noviembre de 1989 sería finalmente derribado; llegué a poseer un trozo de muro, pero creó que le perdí el rastro en un pueblo serrano, enredado entre otros recuerdos y sombras de noches invencibles.
Han transcurrido ya más de 20 años, los jóvenes ya no saben qué es el Muro, ni siquiera reconocen los susurros de "The wall", ni les dice nada Pink Floid... sin embargo hay por ahí todavía empecinados constructores de muros.
Por ahí y por aquí, empeñados en separar, segregar, calificar y dar la espalda. Ignorantes ocultos en siglas, ideologías o creencias que no saben otra manera de justificar sus necedades que apuntando a las del otro. Descalificaciones, insultos, desavenencias, encontronazos,... y ni un sólo proyecto común en marcha. Y hay quien dice que con el muro cayeron las ideologías. Aquí seguimos construyendo muros, pese a la crisis del ladrillo; por eso quizás, a alguien se le ocurrió incluirlo como simbolo junto al corazón de los Alcores.